domingo, 2 de julio de 2017

VISIÓN AXIOLÓGICA DE LA FORMACIÓN INTEGRAL EN CONTEXTOS DE RIESGO



Msc. María Eugenia Cedeño
Doctorante en Ciencias de la Educación
de la Universidad Bicentenaria de Aragua
uchicera@hotmail.com

RESUMEN

Formar un ciudadano es una tarea compleja que requiere del docente competencias relacionadas no solamente con sus saberes, sino también con las habilidades adquiridas de su propia vivencia en cuanto a ser. Este artículo reflexiona sobre el  "ser" docente en contextos de riesgos. Desde el escenario educativo se avanza hacia el desarrollo integral del niño y la niña, solo si se emprende el camino  hacia el compromiso y transformación social, unidos familia, escuela y comunidad,  fundamentados en valores como la tolerancia, respeto solidaridad.  Al mismo tiempo  generando espacios comunicativos para el aprendizaje colectivo, a partir de la vinculación de sus intereses y necesidades, siempre teniendo el interés superior que es el niño y la niña. La acción docente  se configura  como elemento clave para la formación integral del niño,  por lo que podría elevarse la  calidad de vida, la consolidación de valores  y lograr  educar para  la construcción de proyectos de vida, de comunidad, reconocimiento del otro y minimización de la violencia, hacia la autonomía, elevar la autoestima,  entre otros.

Palabras clave: Axiología, Formación Educativa, Contextos de Riesgos

AXIOLOGICAL VIEW OF INTEGRAL TRAINING IN RISK CONTEXTS

MSc. María Eugenia Cedeño
Doctorate in Education Sciences
From the Bicentennial University of Aragua
MAIL

SUMMARY

Forming a citizen is a complete task that requires teaching competences related not only with their knowledge but also with the skills acquired from their own experience in a being. This article reflects on the "being" of teachers in risk contexts. From the educational stage, progress is made towards the integral development of the child, only on the road to commitment and social transformation, the united family, school and community, fundamental values ​​in tolerance, respect for solidarity. At the same time generating communicative spaces for collective learning, based on the linking of their interests and needs, always having the best interest that is the child. The action documents the configuration as a key element for the integral formation of the child, so it can raise the quality of life, consolidate values ​​and achieve education for the construction of life projects, community, recognition of another and minimization Of the Violence, towards the autonomy, to raise the self-esteem, among others.

Keywords: Axiology, Education, Risk Contexts

1. Introducción

Desde estas  líneas, se parte del convencimiento de que el desempeño del docente en los contextos de riesgo debe  centrar  la atención en el  estudiante como persona que se construye en el proceso de aprendizaje,  en escenarios heterogéneos y diversos, a partir de la integración de conocimientos, habilidades, motivos y valores que se expresan en un compromiso social. En palabras de Delors  (1996): “no basta conocer y saber hacer, es necesario ser”.

En este sentido,  los valores tienen además de una existencia individual, una existencia supraindividual toda vez que forman parte de la realidad social como relación de significados entre los hechos de la vida social y las necesidades de la sociedad, e histórica como sistema de valores oficialmente instituidos en una sociedad concreta Cada día la sociedad demanda con más fuerza a los docentes ofrecer una educación integral.  La calidad en la formación integral  depende no sólo de los conocimientos y habilidades que desarrolle en el currículum escolar sino también de los intereses y valores que regulan su actuación personal.

En otras palabras, la comprensión de la naturaleza objetiva-subjetiva del valor es fundamental para su educación. Tanto los valores más trascendentes para una sociedad como la igualdad, la justicia, la solidaridad, como los valores más específicos, por ejemplo, el amor, la responsabilidad, son reflejados por cada persona de manera diferente en función de su historia individual. En este sentido, se considera importante el presente artículo, pues la formación en  valores constituye un  proceso de elaboración personal en que hace cada estudiante en interacción con el  otro, por lo que el docente debe desde su práctica debe tomar en cuenta los factores de riesgos presentes en el escenario educativo.

2. Desarrollo

Educación en valores
El  desarrollo integral de los niños y niñas se fundamenta en  la educación en valores. Es decir, se fundamenta en una concepción holística de la educación en valores al considerarla como un proceso y no como un resultado. Esto significa en palabras de Fernández (2014) "la necesidad del conocimiento mutuo, de compartir y acordar criterios educativos entre los principales contextos del desarrollo de las niñas y niños" (p.25).

Se entiende que el docente tiene como compromiso principal formar individuos integrales, lograr el desarrollo pleno de su personalidad apto para vivir en una sociedad democrática comprometido con los cambio sociales formado en valores y con conciencia ciudadana y una visión de mejoramiento de su calidad de vida, dando cumplimiento a lo establecido en la Ley Orgánica de Educación (2007),  en el artículo  3 el cual establece:
La educación tiene como finalidad fundamental el pleno desarrollo de la personalidad y el logro de un hombre sano, culto, critico y apto para convivir en una sociedad democrática, justa y libre, basada en la familia como célula fundamental y en la valorización del trabajo; capaz de participar activa, consciente y solidariamente en los procesos de transformación social; consustanciado con los valores de la identidad nacional y con la compresión, la tolerancia, la convivencia y las actitudes que favorezcan el fortalecimiento de la paz entre las naciones y los vínculos de integración y solidaridad latinoamericana.
En función de lo establecido en el artículo citado, se considera que el compromiso social del docente es de suma importancia para el desarrollo de una nación. Los deberes y habilidades cívicas se adquieren y desarrollan en el tiempo al ritmo de cada individuo, basados en las experiencias en el hogar, escuela, comunidad y otros modos de organizaciones, por lo que los padres  juegan un papel de gran relevancia puesto que es la familia el principal agente socializador del niño, seguidamente de la escuela.

De allí, que el compromiso docente trasciende las paredes de las instituciones para llegar hasta los padres de la población estudiantil ya que son estos los que tienen mayor influencia en el desarrollo de las capacidades, habilidades y destrezas de sus hijos. Es de suma importancia considerar que los padres deben disponer de un espacio en donde cuenten con un equipo de especialistas además de los docentes y otros padres, que les faciliten y permitan de manera grupal y considerando sus características individuales familiares, identificar para qué los están educando y por qué, es decir, que identifiquen cuáles son sus metas u objetivos como padres y qué esperan de sus hijos, en función de sus individualidades y realidades.

Además del docente impartir o facilitar conocimiento y desarrollar habilidades intelectuales, la educación para las familias se debe focalizar en la necesidad que tienen estas de estar informados y tener una participación eficaz y responsable en el proceso educativo de sus hijos. Otra de las  habilidades a desarrollar es la interacción.  Ella se relaciona con las habilidades que posean los integrantes de la familia relativas a la comunicación y el trabajo, en cooperación con otros. Considerando que para interactuar se debe ser sensible a las necesidades de los otros integrantes de la familia, así como, comprender, interrogar, contestar y deliberar con mesura, que les permita manejar conflictos en una forma pacífica y justa.

En este orden de ideas, es conveniente recordar que en la Carta de las Naciones Unidas (ONU, 1948) los países signatarios convinieron: "…reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas". Para ello recomiendan la cooperación mundial en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario. Pero además, contempla en su Capítulo I, los propósitos y principios de paz universal, entre los cuales destaca fomentar y tomar medidas adecuadas para fortalecer la paz universal.

Siguiendo el análisis retrospectivo, se recuerda que en 1990, la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos, celebrada en Jomtien, Tailandia (UNESCO, 1990), advertía que toda persona debe beneficiarse de una educación básica que responda a las necesidades esenciales de aprendizaje. En esta reunión se aprobó la Declaración Mundial sobre Educación para Todos, en la que se reafirmaba la noción de la educación como derecho humano fundamental y se instó a las naciones del mundo a intensificar sus esfuerzos para atender las necesidades básicas de aprendizaje de todas las personas. Como símbolo de esta declaración, se acordó promulgar el decenio 1990-2000, como el de Educación para Todos.

En este contexto, la educación en valores asume el máximo grado de relevancia. Y justamente, además de la familia, corresponde a la escuela como institución social, responder al reto de enfrentar la corrupción, la impunidad, la inseguridad,  tal como lo señala Moleiro (2012)  cuando identifica al menos cuatro colectivos que tienen gran influencia en la formación de los valores: “la familia, la escuela, los medios de comunicación y el grupo de los iguales que varían según la edad” (p. 12).

Según el precitado autor, los valores son parte  del acervo cultural de un país y es la verdadera herencia de padres y maestros, o quienes ejercieron un rol significativo  en la vida de cada ciudadano, por tanto, el sistema educativo no debe ni puede permanecer ajeno al fortalecimiento de la educación en valores. Además, se consideran de suma importancia la intervención de otros actores sociales como los gobernantes, líderes comunitarios, representantes culturales, representantes de los medios entre otros, cuyo accionar se convierte en referencia para la formación de niños, y niñas.

Desde esta perspectiva, la educación en valores debe estar fundamentada en las relaciones con el otro y debe consolidarse por el conocimiento de los principios que mejor regulan el comportamiento de las personas. Ha de orientarse principalmente hacia la acción, pero debe apoyarse en el afecto, la empatía y la reflexión.

3. Conclusiones

Las reflexiones aquí expresadas llevan a concluir que  es necesario integrar en la educación en valores los tres grandes ámbitos en los que se desenvuelve: el mundo afectivo y social, la reflexión compartida y la acción.  La experiencia social, la historia afectiva de las personas, con los otros y consigo mismas, está íntimamente asociada a su comportamiento cívico y social. La tolerancia, el respeto y los valores sociales se aprenden conviviendo con los otros, pero también pensando juntamente con ellos y percibiendo sus visiones diferentes de la realidad y de los hechos. La construcción del juicio moral no puede hacerse al margen de los otros.

La dificultad estriba en cómo construir y practicar la convivencia escolar de modo que no queden en estrictas normas que nadie cumple o en largos sermones en las sesiones de lunes cívico que los estudiantes nunca oyen o tal vez en clases de lo que son o no son los valores. La educación en valores debe ir más allá y constituirse en una verdadera disciplina cuya episteme sea  el desarrollo personal y  debe tener su concreción inicial en el propio corazón de la escuela; es decir, debe impregnar y transformar el significado y la acción educativa global de los planteles. Es preciso crear comunidades educativas comprometidas moralmente, en las que la participación, el respeto mutuo, la tolerancia y la solidaridad sea una guía que oriente la adopción de decisiones e  iniciativas del colectivo.

REFERENCIAS

Carta de las Naciones Unidas (ONU, 1948). Disponible en: http: //www.un.org/es/documents/charter/. Consultada: 2017, junio, 12.
Delors,  J. (Coord.) (1996). La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI. Madrid: Santillana. Ediciones UNESCO.
Fernández, P. (2014). Clarificación de valores y desarrollo humano. Madrid: Narcea.
Moleiro, M. (2012). Educar en Valores: un reto impostergable. Madrid: Narcea  
UNESCO. (1990). Reporte de la Comisión Internacional de la Educación para el SIGLO XXI. Ponencia presentada en Zurich, Suiza en el marco de la comisión internacional de la UNESCO

2 comentarios:

  1. Luce muy interesante esta temática. Le deseo mucho éxito...

    ResponderEliminar
  2. Buenas noches María, en atención a las aseveraciones que realizas en tu abordaje coincido contigo ya que, la verdadera riqueza del ser humano está en sus valores, en sus virtudes, sin importar las condiciones físicas: la fortaleza espiritual puede estar contrapuesta a la debilidad o fragilidad física.
    Sólo quien tiene valores (virtudes) puede guiar su vida de acuerdo con sus principios, sin estar cediendo, a cada instante, ante la más pequeña dificultad o ante las solicitaciones contrarias. En cambio, los pequeños vicios de la conducta debilitan el carácter y hacen a un hombre incapaz de vivir de acuerdo con sus ideales, lo que podría constituirse en una anomia, que en Ciencias Sociales conocida como es la falta de normas o incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos lo necesario para lograr las metas de la sociedad.
    Esto es una consideración que como educadores no debemos perder de vista.

    Saludos!

    ResponderEliminar

LA PAZ ESCOLAR Y LOS DERECHOS HUMANOS

LA PAZ ESCOLAR Y LOS DERECHOS HUMANOS  Msc. María Eugenia Cedeño Docente – Directora EBE José María Benítez Doctorante en Ciencias ...