domingo, 10 de diciembre de 2017

LA PAZ ESCOLAR Y LOS DERECHOS HUMANOS

LA PAZ ESCOLAR Y LOS DERECHOS HUMANOS 

Msc. María Eugenia Cedeño
Docente – Directora EBE José María Benítez
Doctorante en Ciencias de la Educación
de la Universidad Bicentenaria de Aragua
uchicera@gmail.com

Resumen
La Paz debe construirse en la cultura y en las estructuras sociales, no sólo en la mente humana, dando lugar a demandas socioeducativas orientadas a desarrollar en los ciudadanos un sistema de valores distintos, un cambio de ideal del hombre materialista al hombre existencial y convivencial, así como la construcción de un nuevo proceso de globalización para la vida. La Escuela adquiere en este marco especial importancia, pues es en ella donde se forma al ciudadano del que se demandan mayores niveles de participación, compromiso, además de una capacidad reflexiva y crítica para ejercer la tarea de la nueva conformación de los espacios relacionales.

Palabras clave: Paz, Escuela, interacción familia-escuela-comunidad, Derechos.

Abstract
Peace must be built in the culture and in social structures, not only in the human mind, giving rise to socio-educational demands aimed at developing in citizens a system of different values, a change of ideal from materialistic man to existential and convivial man, as well as the construction of a new process of globalization for life. The School acquires special importance in this context, since it is in it where the citizen is trained, from whom greater levels of participation, commitment, and a reflexive and critical capacity are demanded to exercise the task of the new conformation of the relational spaces.
Keywords: Peace, School, family-school-community interaction, Rights.

Introducción

El compromiso de educar para la paz puede expresarse en las siguientes líneas: “Trabajar por un proceso educativo que signifique contribuir a alejar el peligro de la guerra, poner fin al expolio de las zonas empobrecidas del planeta, enseñar desde y para la no-violencia, aprender a considerar el conflicto como un vehículo de cambio si sabemos resolverlo sin recurrir a la violencia, integrar al alumnado en un proceso de transformación de la sociedad hacia la justicia…”



Entre los objetivos que se persiguen en este artículo tenemos:
a) Invitar a promover la Educación como la herramienta para la construcción de la Paz y repensar el papel de la Escuela como impulsora en el proceso de construcción contando con la participación de la familia-escuela-comunidad como corresponsables en el hecho educativo
b) Sensibilizar acerca de aspectos claves para la comprensión del tema tales como: la convivencia en los espacios relacionales, la amenaza de la violencia y sus nuevos rostros.
c) Concientizar sobre la importancia de asumir los retos a los que se enfrenta América Latina en la construcción de una Cultura de Paz, fortalecidos en la esperanza de esa construcción.

Educación para la paz (peace and education) es el proceso de adquisición de los valores y conocimientos, así como las actitudes, habilidades y comportamientos necesarios para conseguir la paz personal, entendida como vivir en armonías con uno mismo, los demás y el medio ambiente.
La educación para la paz forma parte de la educación para los derechos humanos. Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna
La palabra “paz” a su vez, tiene distintos significados. Un análisis lingüístico de su uso ha permitido diferenciar algunas grandes concepciones, como la de paz negativa y la de paz positiva (creadas por Johan Galtung), emparentadas con dos tipos de violencias: la directa (física y psicológica) y la estructural. Además, se han desarrollado -desde los años de 1990- las concepciones de Cultura de paz (Johan Galtung) y de Paz neutra (Francisco Jiménez Bautista), vinculadas a la violencia cultural y simbólica. No obstante, la más nueva concepción sería la ambientalista de ecopaz o paz Gaia.
La paz negativa pone el énfasis en la mera ausencia de guerra, de violencia directa. Presupone un aparato militar que garantice el orden, disuada al enemigo y asegure la perpetuación del statu quo. Si la paz consiste solo en eso, poco tendrían que hacer las personas que se dedican a la educación.​ La paz negativa puede entenderse como resignación, como huida o inexistencia de conflictos.
La paz positiva, sin embargo, presupone un nivel reducido de violencia directa y un elevado nivel de justicia. Se persigue la armonía social, la justicia, la igualdad y, por tanto, el cambio radical en la sociedad, la eliminación de la violencia estructural. El concepto de violencia estructural, introducido por Johan Galtung, alude a las formas de opresión y violencia generadas por las estructuras.​ La paz positiva acepta el conflicto como una parte natural de la vida y procura su pacífica solución.
La paz neutra, por su parte, "se construye neutralizando la violencia (cultural y simbólica) del aprendizaje de unos valores establecidos intersubjetivamente , de un diálogo constructivo y deconstructivo a la vez, para llegar a la construcción de una Cultura de paz".
La paz, en síntesis, no es lo contrario de la guerra, sino la ausencia de violencia, la armonía del ser humano consigo mismo, con los demás y con la naturaleza.

La educación para la paz toma los siguientes rasgos:
 • Presupone tomar partido en el proceso de socialización por valores que alienten el cambio social y personal.
• Cuestiona el propio acto educativo, alejándose de la concepción tradicional, bancaria según la expresión de Paulo Freire, de la enseñanza como algo meramente de transmisión. Entiende el acto educativo como un proceso activo-creativo en el que el alumnado es agente vivo de transformación.
• Lucha contra la violencia simbólica, estructural, presente en el marco escolar.
 • Intenta que coincidan fines y medios. Se trata de llegar a contenidos distintos a través de medios distintos, haciendo del conflicto y del aprendizaje de su resolución no violenta punto central de su actuación.
 • Combina ciertos conocimientos sustantivos con la creación de una nueva sensibilidad, de un sentimiento empático que favorézcala comprensión y aceptación del otro.
• Presta tanto atención al curriculum explícito como al “curriculum oculto”, es decir, a la forma de organizar la vida en la escuela. Éste ha de ser coherente con los contenidos manifiestos. Como se sabe, el tener que enfrentarse día a día y durante una serie de años a las expectativas y rutinas institucionales de la escuela supone una enseñanza y un aprendizaje tácito de normas, valores, hábitos y disposiciones. La tolerancia, la participación, la empatía, la solidaridad y demás valores “alternativos” deben vivirse con el ejemplo.
• Se trata, en suma, de aprender a pensar y a actuar de otra manera, algo que supera la ausencia de guerra, que no plantea la paz como algo quimérico, sino como un proceso por el que se irá pasando de la desigualdad a la igualdad, de la injusticia a la justicia, de la indiferencia al compromiso.
Una de las claves de la prevención de conflictos pasa por el profesorado. La formación es clave tanto en los aspectos de resolución como del abordaje de problemas en las escuelas ya que esta formación específica les dará pautas para detener la situación desde el principio. Del siguiente modo, las pautas recomendadas para los docentes que se enfrenten a este tipo de situaciones son: educar en valores, en habilidades sociales y en inteligencia emocional para evitar que el maltrato llegue a ocurrir, y por supuesto, desarrollar protocolos de detección precoz desde los inicios para evitar que haya una violencia futura.
En el caso de las familias, se recomienda a los padres la necesidad de poner límites, supervisar su cumplimiento y que el incumplimiento acarree una consecuencia. El tipo de modelo educativo que más correlación tiene con problemas de conducta y violencia escolar es el permisivo indulgente que se caracteriza por dar mucho afecto y no poner límites.

Al hacer una revisión a nivel histórico, y de acuerdo con lo señalado por Lederach (1984, p. 248), en lo que se refiere a la preocupación de la Paz dentro del ámbito educativo, podemos afirmar que la Educación para la Paz surge de las experiencias resultantes de las dos Guerras Mundiales vividas por la humanidad: por un lado, el legado de la No-violencia, y por el otro, las iniciativas de la renovación educativa.

La Educación, como praxis emancipadora, tal y como la definió Freire (1989, p. 54), es la herramienta esencial para conseguir la transformación de una cultura de la violencia a una Cultura de Paz, pero en corresponsabilidad, es decir en común-unión con la familia y la comunidad, así como las demás instituciones y organismos que conforman nuestra sociedad. Si bien es cierto el hecho de que los Espacios para la Paz no pueden ser configurados únicamente desde una sola dimensión de la realidad, también es cierto que la Escuela constituye un lugar ideal de acercamiento para iniciar las acciones de promoción en favor de la edificación de una Cultura de Paz, pues en el ambiente escolar conviven y se dan cita los diferentes actores de una comunidad: alumnos, familias, docentes, empleados, etc., quienes reproducen todos los fenómenos sociales reflejo de la vida, cultura, valores y creencias de su entorno comunitario. De esta manera lo corrobora Ianni (2002, p. 1) al decir que:
La escuela, como institución educativa, es una formación social en dos sentidos: está formada a partir de la sociedad y a la vez expresa a la sociedad. Lo que se habla en cada escuela, es el lenguaje particular de la sociedad. Por tal motivo, no es ajena a la profunda crisis sociopolítica en la que estamos inmersos y que como ciudadanos nos afecta.
En este sentido debe asumirse a la Escuela desde su rol positivo como impulsora del desarrollo de la comunidad, y desde su visión, no como un club exclusivo al que solo sus miembros tienen acceso, sino, como una institución abierta a la comunidad, promotora de la participación democrática y del intercambio entre sus integrantes, y con el medio del que forma parte; un espacio interactivo cuyo fin es contribuir al desarrollo integral de los ciudadanos intelectual, física y espiritualmente.

Así mismo, la UNESCO hace un análisis de las políticas educativas de convivencia escolar de los países a través de las leyes generales de educación y de los currículos oficiales desde la perspectiva de "la calidad de la educación", sobre la base de cinco dimensiones estrechamente relacionadas entre sí, interdependientes al punto de no poder hablar de calidad ante la ausencia o deficiencia de alguna de ellas. Estas dimensiones son: "la relevancia, la pertinencia, la equidad, la eficacia y la eficiencia" (UNESCO 2007, pp. 11-12). Desde esta perspectiva, este organismo determinó que los pilares menos considerados en los planes y programas de estudio son el "aprender a hacer" y el "aprender a ser", y que por otro lado se le da mucha importancia al "aprender a vivir juntos desde los aspectos de la formación ciudadana", el conocimiento y ejercicio de los derechos humanos y el respeto a la diversidad. Sin embargo se hace poco énfasis en la ética de vivir juntos, el valorar y actuar con justicia, en la transparencia y la honestidad, situación que llama la atención de este ente educativo, debido a las elevadas tasas de corrupción que presenta la Región.

Centrando ahora el análisis acerca de la Cultura de Paz en Venezuela, de acuerdo con su modelo, el cual se fundamenta de manera concreta en la Constitución Venezolana de 1999, se encuentran las bases para que hagamos realidad el ideal de Paz con que soñamos y que aún no hemos podido construir, debido a que persisten los males sociales anteriormente mencionados. El Proyecto Nacional promueve la transformación del país exigida por la sociedad venezolana, y el mismo da perfil a nuestro Proyecto Educativo, fundamentado en los valores supremos de: "vida, libertad, independencia, paz, solidaridad, bien común, igualdad, justicia, democracia, responsabilidad social, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político, además de seguir ideario del Libertador" (Art. 3, pp. 25-26).

Por otro lado, como lo señala el Informe sobre Políticas, Programas y Estrategias de la Educación Venezolana (2004: 4), el carácter humanista del Estado de Derecho y de Justicia de la Constitución Venezolana, interpreta las normas desde la perspectiva del hombre, asumiéndose un nuevo Estado caracterizado por la corresponsabilidad entre familia, sociedad y gobierno, y la equidad como principio ético y política fundamental de toda sociedad democrática. De igual manera se conceptualiza al Estado Docente (Art.102, p. 60), señalando que este busca formar al ciudadano a partir de cuatro grandes ejes constitucionales: Acceso a la educación integral de calidad; equidad social e igualdad de género y participación de cada miembro de la familia; una educación de calidad con una Escuela como centro del quehacer de la comunidad y eje del desarrollo social; y el Ejercicio directo de la democracia participativa y protagónica del pueblo.

Es decir que la Educación de acuerdo con el Proyecto Educativo Nacional, está concebida en el marco de los derechos humanos fundamentales, la construcción de una democracia social, un estado de derecho y justicia, y en la búsqueda de la equidad; siendo estos los principios y fines fundamentales de todas las acciones educativas, trabajando en la construcción de un modelo de sociedad democrática, participativa, protagónica, multiétnica y pluricultural; promoviendo en el aula, a través de proyectos comunitarios de plantel, la práctica de la ciudadanía y la corresponsabilidad.

La misión esencial de la UNESCO es: "La construcción de una Cultura de Paz" (Manifiesto 2000). "Ella es un cauce para el diálogo, puesto que puede crear conciencia y promover la comprensión de los derechos humanos esenciales, el respeto por el "otro" y los conocimientos especializados para crear y mantener una Cultura de Paz" (UNESCO 2008, p. 57). Es pues la Paz la meta de la convivencia social, es un Don, un valor y un deber universal, también es un fruto del amor. Por tales razones, si América Latina desea construir una sociedad pacífica y lograr el desarrollo integral de los individuos, los pueblos y las naciones, es fundamental la defensa y promoción de la Paz.

Conclusiones
La invitación es a concebir a la Escuela como parte del medio al que pertenece, una institución dispuesta a abrir sus puertas a la comunidad, para que ésta construya y multiplique los espacios para la Paz, es decir, los espacios de diálogo reflexivo, de aprendizaje y participación, que permitan el proceso de edificación de una Cultura para la Paz en nuestra sociedad y su promoción, con el propósito de motivar, formar, fortalecer y concientizar a la población sobre su derecho y corresponsabilidad de participar en el hecho educativo, siendo la Educación la clave de esta construcción impulsada desde la Escuela, en unión con la Familia y la Comunidad; que sean ese derecho, corresponsabilidad y compromiso los que inviten al consenso y a la acción, con el fin de desarrollar alternativas positivas orientadas a la recuperación de los espacios de convivencia afectados por causa de la violencia, generando así, desde sus sueños de cambio, los elementos para la transformación; y que esa transformación haga de esos ambientes, espacios constructivos a fin de que la convivencia pacífica trascienda a todos los ambientes.

Referencias
Constitución de la republica Bolivariana de Venezuela (1999).
Freire, Paulo (1989). Pedagogía do oprimido (Río de Janeiro: Paz e Terra).
Lederach (1984, p. 248). Construcción de la cultura de paz en las escuelas: un reto para América Latina.

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO. (2008). PONER FIN GUÍA PARA LOS DOCENTES a la violencia en la escuela:

Matriz Epistémica Trabajo Doctoral


domingo, 2 de julio de 2017

VISIÓN AXIOLÓGICA DE LA FORMACIÓN INTEGRAL EN CONTEXTOS DE RIESGO



Msc. María Eugenia Cedeño
Doctorante en Ciencias de la Educación
de la Universidad Bicentenaria de Aragua
uchicera@hotmail.com

RESUMEN

Formar un ciudadano es una tarea compleja que requiere del docente competencias relacionadas no solamente con sus saberes, sino también con las habilidades adquiridas de su propia vivencia en cuanto a ser. Este artículo reflexiona sobre el  "ser" docente en contextos de riesgos. Desde el escenario educativo se avanza hacia el desarrollo integral del niño y la niña, solo si se emprende el camino  hacia el compromiso y transformación social, unidos familia, escuela y comunidad,  fundamentados en valores como la tolerancia, respeto solidaridad.  Al mismo tiempo  generando espacios comunicativos para el aprendizaje colectivo, a partir de la vinculación de sus intereses y necesidades, siempre teniendo el interés superior que es el niño y la niña. La acción docente  se configura  como elemento clave para la formación integral del niño,  por lo que podría elevarse la  calidad de vida, la consolidación de valores  y lograr  educar para  la construcción de proyectos de vida, de comunidad, reconocimiento del otro y minimización de la violencia, hacia la autonomía, elevar la autoestima,  entre otros.

Palabras clave: Axiología, Formación Educativa, Contextos de Riesgos

AXIOLOGICAL VIEW OF INTEGRAL TRAINING IN RISK CONTEXTS

MSc. María Eugenia Cedeño
Doctorate in Education Sciences
From the Bicentennial University of Aragua
MAIL

SUMMARY

Forming a citizen is a complete task that requires teaching competences related not only with their knowledge but also with the skills acquired from their own experience in a being. This article reflects on the "being" of teachers in risk contexts. From the educational stage, progress is made towards the integral development of the child, only on the road to commitment and social transformation, the united family, school and community, fundamental values ​​in tolerance, respect for solidarity. At the same time generating communicative spaces for collective learning, based on the linking of their interests and needs, always having the best interest that is the child. The action documents the configuration as a key element for the integral formation of the child, so it can raise the quality of life, consolidate values ​​and achieve education for the construction of life projects, community, recognition of another and minimization Of the Violence, towards the autonomy, to raise the self-esteem, among others.

Keywords: Axiology, Education, Risk Contexts

1. Introducción

Desde estas  líneas, se parte del convencimiento de que el desempeño del docente en los contextos de riesgo debe  centrar  la atención en el  estudiante como persona que se construye en el proceso de aprendizaje,  en escenarios heterogéneos y diversos, a partir de la integración de conocimientos, habilidades, motivos y valores que se expresan en un compromiso social. En palabras de Delors  (1996): “no basta conocer y saber hacer, es necesario ser”.

En este sentido,  los valores tienen además de una existencia individual, una existencia supraindividual toda vez que forman parte de la realidad social como relación de significados entre los hechos de la vida social y las necesidades de la sociedad, e histórica como sistema de valores oficialmente instituidos en una sociedad concreta Cada día la sociedad demanda con más fuerza a los docentes ofrecer una educación integral.  La calidad en la formación integral  depende no sólo de los conocimientos y habilidades que desarrolle en el currículum escolar sino también de los intereses y valores que regulan su actuación personal.

En otras palabras, la comprensión de la naturaleza objetiva-subjetiva del valor es fundamental para su educación. Tanto los valores más trascendentes para una sociedad como la igualdad, la justicia, la solidaridad, como los valores más específicos, por ejemplo, el amor, la responsabilidad, son reflejados por cada persona de manera diferente en función de su historia individual. En este sentido, se considera importante el presente artículo, pues la formación en  valores constituye un  proceso de elaboración personal en que hace cada estudiante en interacción con el  otro, por lo que el docente debe desde su práctica debe tomar en cuenta los factores de riesgos presentes en el escenario educativo.

2. Desarrollo

Educación en valores
El  desarrollo integral de los niños y niñas se fundamenta en  la educación en valores. Es decir, se fundamenta en una concepción holística de la educación en valores al considerarla como un proceso y no como un resultado. Esto significa en palabras de Fernández (2014) "la necesidad del conocimiento mutuo, de compartir y acordar criterios educativos entre los principales contextos del desarrollo de las niñas y niños" (p.25).

Se entiende que el docente tiene como compromiso principal formar individuos integrales, lograr el desarrollo pleno de su personalidad apto para vivir en una sociedad democrática comprometido con los cambio sociales formado en valores y con conciencia ciudadana y una visión de mejoramiento de su calidad de vida, dando cumplimiento a lo establecido en la Ley Orgánica de Educación (2007),  en el artículo  3 el cual establece:
La educación tiene como finalidad fundamental el pleno desarrollo de la personalidad y el logro de un hombre sano, culto, critico y apto para convivir en una sociedad democrática, justa y libre, basada en la familia como célula fundamental y en la valorización del trabajo; capaz de participar activa, consciente y solidariamente en los procesos de transformación social; consustanciado con los valores de la identidad nacional y con la compresión, la tolerancia, la convivencia y las actitudes que favorezcan el fortalecimiento de la paz entre las naciones y los vínculos de integración y solidaridad latinoamericana.
En función de lo establecido en el artículo citado, se considera que el compromiso social del docente es de suma importancia para el desarrollo de una nación. Los deberes y habilidades cívicas se adquieren y desarrollan en el tiempo al ritmo de cada individuo, basados en las experiencias en el hogar, escuela, comunidad y otros modos de organizaciones, por lo que los padres  juegan un papel de gran relevancia puesto que es la familia el principal agente socializador del niño, seguidamente de la escuela.

De allí, que el compromiso docente trasciende las paredes de las instituciones para llegar hasta los padres de la población estudiantil ya que son estos los que tienen mayor influencia en el desarrollo de las capacidades, habilidades y destrezas de sus hijos. Es de suma importancia considerar que los padres deben disponer de un espacio en donde cuenten con un equipo de especialistas además de los docentes y otros padres, que les faciliten y permitan de manera grupal y considerando sus características individuales familiares, identificar para qué los están educando y por qué, es decir, que identifiquen cuáles son sus metas u objetivos como padres y qué esperan de sus hijos, en función de sus individualidades y realidades.

Además del docente impartir o facilitar conocimiento y desarrollar habilidades intelectuales, la educación para las familias se debe focalizar en la necesidad que tienen estas de estar informados y tener una participación eficaz y responsable en el proceso educativo de sus hijos. Otra de las  habilidades a desarrollar es la interacción.  Ella se relaciona con las habilidades que posean los integrantes de la familia relativas a la comunicación y el trabajo, en cooperación con otros. Considerando que para interactuar se debe ser sensible a las necesidades de los otros integrantes de la familia, así como, comprender, interrogar, contestar y deliberar con mesura, que les permita manejar conflictos en una forma pacífica y justa.

En este orden de ideas, es conveniente recordar que en la Carta de las Naciones Unidas (ONU, 1948) los países signatarios convinieron: "…reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas". Para ello recomiendan la cooperación mundial en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario. Pero además, contempla en su Capítulo I, los propósitos y principios de paz universal, entre los cuales destaca fomentar y tomar medidas adecuadas para fortalecer la paz universal.

Siguiendo el análisis retrospectivo, se recuerda que en 1990, la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos, celebrada en Jomtien, Tailandia (UNESCO, 1990), advertía que toda persona debe beneficiarse de una educación básica que responda a las necesidades esenciales de aprendizaje. En esta reunión se aprobó la Declaración Mundial sobre Educación para Todos, en la que se reafirmaba la noción de la educación como derecho humano fundamental y se instó a las naciones del mundo a intensificar sus esfuerzos para atender las necesidades básicas de aprendizaje de todas las personas. Como símbolo de esta declaración, se acordó promulgar el decenio 1990-2000, como el de Educación para Todos.

En este contexto, la educación en valores asume el máximo grado de relevancia. Y justamente, además de la familia, corresponde a la escuela como institución social, responder al reto de enfrentar la corrupción, la impunidad, la inseguridad,  tal como lo señala Moleiro (2012)  cuando identifica al menos cuatro colectivos que tienen gran influencia en la formación de los valores: “la familia, la escuela, los medios de comunicación y el grupo de los iguales que varían según la edad” (p. 12).

Según el precitado autor, los valores son parte  del acervo cultural de un país y es la verdadera herencia de padres y maestros, o quienes ejercieron un rol significativo  en la vida de cada ciudadano, por tanto, el sistema educativo no debe ni puede permanecer ajeno al fortalecimiento de la educación en valores. Además, se consideran de suma importancia la intervención de otros actores sociales como los gobernantes, líderes comunitarios, representantes culturales, representantes de los medios entre otros, cuyo accionar se convierte en referencia para la formación de niños, y niñas.

Desde esta perspectiva, la educación en valores debe estar fundamentada en las relaciones con el otro y debe consolidarse por el conocimiento de los principios que mejor regulan el comportamiento de las personas. Ha de orientarse principalmente hacia la acción, pero debe apoyarse en el afecto, la empatía y la reflexión.

3. Conclusiones

Las reflexiones aquí expresadas llevan a concluir que  es necesario integrar en la educación en valores los tres grandes ámbitos en los que se desenvuelve: el mundo afectivo y social, la reflexión compartida y la acción.  La experiencia social, la historia afectiva de las personas, con los otros y consigo mismas, está íntimamente asociada a su comportamiento cívico y social. La tolerancia, el respeto y los valores sociales se aprenden conviviendo con los otros, pero también pensando juntamente con ellos y percibiendo sus visiones diferentes de la realidad y de los hechos. La construcción del juicio moral no puede hacerse al margen de los otros.

La dificultad estriba en cómo construir y practicar la convivencia escolar de modo que no queden en estrictas normas que nadie cumple o en largos sermones en las sesiones de lunes cívico que los estudiantes nunca oyen o tal vez en clases de lo que son o no son los valores. La educación en valores debe ir más allá y constituirse en una verdadera disciplina cuya episteme sea  el desarrollo personal y  debe tener su concreción inicial en el propio corazón de la escuela; es decir, debe impregnar y transformar el significado y la acción educativa global de los planteles. Es preciso crear comunidades educativas comprometidas moralmente, en las que la participación, el respeto mutuo, la tolerancia y la solidaridad sea una guía que oriente la adopción de decisiones e  iniciativas del colectivo.

REFERENCIAS

Carta de las Naciones Unidas (ONU, 1948). Disponible en: http: //www.un.org/es/documents/charter/. Consultada: 2017, junio, 12.
Delors,  J. (Coord.) (1996). La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI. Madrid: Santillana. Ediciones UNESCO.
Fernández, P. (2014). Clarificación de valores y desarrollo humano. Madrid: Narcea.
Moleiro, M. (2012). Educar en Valores: un reto impostergable. Madrid: Narcea  
UNESCO. (1990). Reporte de la Comisión Internacional de la Educación para el SIGLO XXI. Ponencia presentada en Zurich, Suiza en el marco de la comisión internacional de la UNESCO

domingo, 25 de junio de 2017



EPISTEMOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN: PARADIGMAS DE INVESTIGACIÓN

Msc. María Eugenia Cedeño
Docente – Directora EBE José María Benítez
Doctorante en Ciencias de la Educación
de la Universidad Bicentenaria de Aragua

EPISTEMOLOGÍA es un llamado a reflexionar sobre la ciencia en general y entorno a cada disciplina en particular, indispensable para todos los seres humanos, especialmente para los académicos y los profesionales. Tomando en cuenta que el término proviene del griego, significando 'episteme' conocimiento y 'logos' ciencia o estudio.
Así mismo podemos decir que  se ocupa de la definición del saber y de los conceptos relacionados, de las fuentes, de los criterios, de los tipos de conocimiento posible y del grado con el que cada uno resulta cierto; así como de la relación exacta entre el que conoce y el objeto conocido. A diferencia de la lógica formal, cuyo objeto es la formulación del pensamiento, y de la Psicología, cuya relación con el conocimiento es de nivel científico, la epistemología trata de los contenidos del pensamiento, de su naturaleza y significado.
Entonces, nuestras propias convicciones acerca de la naturaleza del conocimiento, de sus estructuras y modalidades, así como nuestras propias rutinas cotidianas de producir conocimiento y de resolver problemas, influirán notablemente en una interpretación del concepto de Epistemología.
 La investigación empieza con la idea de grandes hipótesis, que luego se convierten en teorías y éstas empiezan a ser formalizadas, hasta que finalmente se convierten en verdades universales. Como se ha dicho, los investigadores tienen sus propias convicciones, sistemas de creencias de preferencias y que predominan en un momento histórico a lo largo de la vida del sujeto, quizás no siempre sea el mismo, dado que se va acomodando a las circunstancias culturales, ambientales, políticas e históricas, entre otros factores. Así que, en este contexto de comprensión que tiene el sujeto sobre el mundo surgen los paradigmas, los cuales, constituyen una óptica muy particular de cada investigador. Los paradigmas se refieren a la postura que el sujeto asume, en función de ver el objeto de conocimiento. Los paradigmas también se convierten en momentos históricos cuando prevalece algún enfoque epistemológico impuesto por algún líder de una comunidad científica, lo negativo de ello, es que en la mayoría de los casos los investigadores “se casan” con algún paradigma en particular y es muy difícil divorciarse del mismo. Los paradigmas están ligados a la evolución de la ciencia, puesto que, cuando en algún momento histórico no se puede resolver alguna cuestión con el paradigma actual, entonces surge un momento de crisis que viene seguido por un tiempo de “ciencia revolucionaria” en la que nace un nuevo paradigma que sí da respuesta y solución a la cuestión planteada anteriormente.
Cuando ocurre lo anterior, estamos entonces, ante un proceso de sustitución de paradigmas caracterizado por los siguientes aspectos:
• Los paradigmas pueden coexistir. No necesariamente en todos los casos un paradigma entierra completamente a su antecesor, sino más bien, hay complementariedad.
• Los paradigmas tienen su tiempo. Cada paradigma ha surgido en un momento histórico diferente, por lo tanto, durará, cuanto dure dicho momento histórico.
Los paradigmas suponen posturas críticas sobre la investigación tanto a nivel teórico como práctico. Algunos de los paradigmas de mayor extensión son los siguientes:
• Paradigma positivista: para este paradigma la realidad es única y es tangible, dominado por lo cuantitativo, lo empírico-analítico e inductivo. El investigador se separa del objeto de conocimiento a fin de evitar la subjetividad. Para los positivistas el conocimiento obtenido es válido para todos los tiempos y lugares.
• Paradigma interpretativo: goza de una gran variedad de fuentes de contacto con la aprehensión de conocimiento, entre las que destacan tenemos: la fenomenología, el historicismo, el interaccionismo simbólico. Para este paradigma la ciencia depende del contexto social y cada sociedad posee un su propio sistema de valores.
• Paradigma sociocrítico: se fundamenta principalmente en la participación tanto del sujeto como del objeto de conocimiento desde una perspectiva teórica-práctica para promover la reflexión y buscar la transformación, dado que la ciencia ha de contribuir al cambio. Este paradigma asume que la realidad es dinámica y evolutiva.
Cada paradigma aborda la realidad desde un enfoque diferente, así mismo, tiene sus propios métodos para orientar la labor investigativa. Lo más importante es que el investigador pruebe enfoques diferentes en momentos diferentes de tal manera que, pueda hacerse de una visión integral de la realidad que le permita en el futuro adaptarse sin mayores problemas al cambio y a nuevas circunstancias que la dinámica sociocultural impone.

En síntesis, lo que se ha querido exponer hasta aquí es que la noción de epistemología y, por tanto, la consideración de las diversas tendencias en su desarrollo histórico, no pueden ser tratadas unívocamente y ni siquiera descriptivamente, sino sólo por relación con determinadas perspectivas de fondo que generan diversidades en los modos de “hacer epistemología” y de hablar de epistemología. Entender esas perspectivas de fondo resulta vital para no extraviarse entre autores, propuestas y polémicas y, sobre todo, para organizar, explicar y evaluar las múltiples direcciones hacia las cuales se orienta el esfuerzo humano por entender el fenómeno de la ciencia, a partir de lo cual cada quien podría decidir y hacer sus propias selecciones de trabajo.

Referencias
González, Madian. (2017). Articulo en línea,  [consultado: 25 /06/ 2017]. Disponible en: http://www.meidiula.com/emeidi/mod/resource/view.php?id=637
Thomas Kuhn, (1962) La estructura de las revoluciones científicas 

LA PAZ ESCOLAR Y LOS DERECHOS HUMANOS

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