Msc.
María Eugenia Cedeño
Doctorante
en Ciencias de la Educación
de
la Universidad Bicentenaria de Aragua
uchicera@hotmail.com
RESUMEN
Formar un ciudadano es una tarea
compleja que requiere del docente competencias relacionadas no solamente con
sus saberes, sino también con las habilidades adquiridas de su propia vivencia
en cuanto a ser. Este artículo reflexiona sobre el "ser" docente en contextos de riesgos.
Desde el escenario educativo se avanza hacia el desarrollo integral del niño y
la niña, solo si se emprende el camino
hacia el compromiso y transformación social, unidos familia, escuela y
comunidad, fundamentados en valores como
la tolerancia, respeto solidaridad. Al
mismo tiempo generando espacios
comunicativos para el aprendizaje colectivo, a partir de la vinculación de sus
intereses y necesidades, siempre teniendo el interés superior que es el niño y
la niña. La acción docente se configura
como elemento clave para la formación integral del niño, por lo que podría elevarse la calidad de vida, la consolidación de
valores y lograr educar para
la construcción de proyectos de vida, de comunidad, reconocimiento del
otro y minimización de la violencia, hacia la autonomía, elevar la
autoestima, entre otros.
Palabras clave: Axiología, Formación
Educativa, Contextos de Riesgos
AXIOLOGICAL
VIEW OF INTEGRAL TRAINING IN RISK CONTEXTS
MSc. María
Eugenia Cedeño
Doctorate in
Education Sciences
From the
Bicentennial University of Aragua
MAIL
SUMMARY
Forming a citizen is a complete task that requires
teaching competences related not only with their knowledge but also with the
skills acquired from their own experience in a being. This article reflects on
the "being" of teachers in risk contexts. From the educational stage,
progress is made towards the integral development of the child, only on the
road to commitment and social transformation, the united family, school and
community, fundamental values in tolerance, respect for solidarity. At the
same time generating communicative spaces for collective learning, based on the
linking of their interests and needs, always having the best interest that is
the child. The action documents the configuration as a key element for the
integral formation of the child, so it can raise the quality of life,
consolidate values and achieve education for the construction of life
projects, community, recognition of another and minimization Of the Violence,
towards the autonomy, to raise the self-esteem, among others.
Keywords: Axiology, Education, Risk Contexts
Desde
estas líneas, se parte del
convencimiento de que el desempeño del docente en los contextos de riesgo debe centrar la atención en el estudiante como persona que se construye en el
proceso de aprendizaje, en escenarios
heterogéneos y diversos, a partir de la integración de conocimientos,
habilidades, motivos y valores que se expresan en un compromiso social. En
palabras de Delors (1996): “no basta
conocer y saber hacer, es necesario ser”.
En
este sentido, los valores tienen además
de una existencia individual, una existencia supraindividual toda vez que
forman parte de la realidad social como relación de significados entre los
hechos de la vida social y las necesidades de la sociedad, e histórica como
sistema de valores oficialmente instituidos en una sociedad concreta Cada día
la sociedad demanda con más fuerza a los docentes ofrecer una educación
integral. La calidad en la formación integral
depende no sólo de los conocimientos y
habilidades que desarrolle en el currículum escolar sino también de los
intereses y valores que regulan su actuación personal.
En
otras palabras, la comprensión de la naturaleza objetiva-subjetiva del valor es
fundamental para su educación. Tanto los valores más trascendentes para una
sociedad como la igualdad, la justicia, la solidaridad, como los valores más
específicos, por ejemplo, el amor, la responsabilidad, son reflejados por cada
persona de manera diferente en función de su historia individual. En este
sentido, se considera importante el presente artículo, pues la formación en valores constituye un proceso de elaboración personal en que hace
cada estudiante en interacción con el
otro, por lo que el docente debe desde su práctica debe tomar en cuenta
los factores de riesgos presentes en el escenario educativo.
2. Desarrollo
Educación en valores
El
desarrollo integral de los niños y niñas
se fundamenta en la educación en
valores. Es decir, se fundamenta en una concepción holística de la educación en
valores al considerarla como un proceso y no como un resultado. Esto significa
en palabras de Fernández (2014) "la necesidad del conocimiento mutuo, de
compartir y acordar criterios educativos entre los principales contextos del
desarrollo de las niñas y niños" (p.25).
Se
entiende que el docente tiene como compromiso principal formar individuos
integrales, lograr el desarrollo pleno de su personalidad apto para vivir en
una sociedad democrática comprometido con los cambio sociales formado en
valores y con conciencia ciudadana y una visión de mejoramiento de su calidad
de vida, dando cumplimiento a lo establecido en la Ley Orgánica de Educación
(2007), en el artículo 3 el cual establece:
La educación tiene como finalidad
fundamental el pleno desarrollo de la personalidad y el logro de un hombre
sano, culto, critico y apto para convivir en una sociedad democrática, justa y
libre, basada en la familia como célula fundamental y en la valorización del
trabajo; capaz de participar activa, consciente y solidariamente en los
procesos de transformación social; consustanciado con los valores de la
identidad nacional y con la compresión, la tolerancia, la convivencia y las
actitudes que favorezcan el fortalecimiento de la paz entre las naciones y los
vínculos de integración y solidaridad latinoamericana.
En
función de lo establecido en el artículo citado, se considera que el compromiso
social del docente es de suma importancia para el desarrollo de una nación. Los
deberes y habilidades cívicas se adquieren y desarrollan en el tiempo al ritmo
de cada individuo, basados en las experiencias en el hogar, escuela, comunidad
y otros modos de organizaciones, por lo que los padres juegan un papel de gran relevancia puesto que
es la familia el principal agente socializador del niño, seguidamente de la
escuela.
De
allí, que el compromiso docente trasciende las paredes de las instituciones
para llegar hasta los padres de la población estudiantil ya que son estos los
que tienen mayor influencia en el desarrollo de las capacidades, habilidades y
destrezas de sus hijos. Es de suma importancia considerar que los padres deben
disponer de un espacio en donde cuenten con un equipo de especialistas además
de los docentes y otros padres, que les faciliten y permitan de manera grupal y
considerando sus características individuales familiares, identificar para qué
los están educando y por qué, es decir, que identifiquen cuáles son sus metas u
objetivos como padres y qué esperan de sus hijos, en función de sus
individualidades y realidades.
Además
del docente impartir o facilitar conocimiento y desarrollar habilidades
intelectuales, la educación para las familias se debe focalizar en la necesidad
que tienen estas de estar informados y tener una participación eficaz y
responsable en el proceso educativo de sus hijos. Otra de las habilidades a desarrollar es la
interacción. Ella se relaciona con las
habilidades que posean los integrantes de la familia relativas a la
comunicación y el trabajo, en cooperación con otros. Considerando que para
interactuar se debe ser sensible a las necesidades de los otros integrantes de
la familia, así como, comprender, interrogar, contestar y deliberar con mesura,
que les permita manejar conflictos en una forma pacífica y justa.
En
este orden de ideas, es conveniente recordar que en la Carta de las Naciones
Unidas (ONU, 1948) los países signatarios convinieron: "…reafirmar la fe
en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la
persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las
naciones grandes y pequeñas". Para ello recomiendan la cooperación mundial
en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social,
cultural o humanitario. Pero además, contempla en su Capítulo I, los propósitos
y principios de paz universal, entre los cuales destaca fomentar y tomar
medidas adecuadas para fortalecer la paz universal.
Siguiendo
el análisis retrospectivo, se recuerda que en 1990, la Conferencia Mundial
sobre Educación para Todos, celebrada en Jomtien, Tailandia (UNESCO, 1990),
advertía que toda persona debe beneficiarse de una educación básica que
responda a las necesidades esenciales de aprendizaje. En esta reunión se aprobó
la Declaración Mundial sobre Educación para Todos, en la que se reafirmaba la
noción de la educación como derecho humano fundamental y se instó a las
naciones del mundo a intensificar sus esfuerzos para atender las necesidades
básicas de aprendizaje de todas las personas. Como símbolo de esta declaración,
se acordó promulgar el decenio 1990-2000, como el de Educación para Todos.
En
este contexto, la educación en valores asume el máximo grado de relevancia. Y
justamente, además de la familia, corresponde a la escuela como institución
social, responder al reto de enfrentar la corrupción, la impunidad, la
inseguridad, tal como lo señala Moleiro
(2012) cuando identifica al menos cuatro
colectivos que tienen gran influencia en la formación de los valores: “la
familia, la escuela, los medios de comunicación y el grupo de los iguales que
varían según la edad” (p. 12).
Según
el precitado autor, los valores son parte
del acervo cultural de un país y es la verdadera herencia de padres y
maestros, o quienes ejercieron un rol significativo en la vida de cada ciudadano, por tanto, el
sistema educativo no debe ni puede permanecer ajeno al fortalecimiento de la
educación en valores. Además, se consideran de suma importancia la intervención
de otros actores sociales como los gobernantes, líderes comunitarios,
representantes culturales, representantes de los medios entre otros, cuyo
accionar se convierte en referencia para la formación de niños, y niñas.
Desde
esta perspectiva, la educación en valores debe estar fundamentada en las
relaciones con el otro y debe consolidarse por el conocimiento de los
principios que mejor regulan el comportamiento de las personas. Ha de
orientarse principalmente hacia la acción, pero debe apoyarse en el afecto, la
empatía y la reflexión.
3. Conclusiones
Las
reflexiones aquí expresadas llevan a concluir que es necesario integrar en la educación en
valores los tres grandes ámbitos en los que se desenvuelve: el mundo afectivo y
social, la reflexión compartida y la acción.
La experiencia social, la historia afectiva de las personas, con los
otros y consigo mismas, está íntimamente asociada a su comportamiento cívico y
social. La tolerancia, el respeto y los valores sociales se aprenden
conviviendo con los otros, pero también pensando juntamente con ellos y
percibiendo sus visiones diferentes de la realidad y de los hechos. La
construcción del juicio moral no puede hacerse al margen de los otros.
La
dificultad estriba en cómo construir y practicar la convivencia escolar de modo
que no queden en estrictas normas que nadie cumple o en largos sermones en las
sesiones de lunes cívico que los estudiantes nunca oyen o tal vez en clases de
lo que son o no son los valores. La educación en valores debe ir más allá y
constituirse en una verdadera disciplina cuya episteme sea el desarrollo personal y debe tener su concreción inicial en el propio
corazón de la escuela; es decir, debe impregnar y transformar el significado y
la acción educativa global de los planteles. Es preciso crear comunidades
educativas comprometidas moralmente, en las que la participación, el respeto
mutuo, la tolerancia y la solidaridad sea una guía que oriente la adopción de
decisiones e iniciativas del colectivo.
REFERENCIAS
Carta de las Naciones Unidas (ONU,
1948). Disponible en: http: //www.un.org/es/documents/charter/. Consultada:
2017, junio, 12.
Delors, J. (Coord.) (1996). La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión
Internacional sobre la educación para el siglo XXI. Madrid: Santillana.
Ediciones UNESCO.
Fernández, P. (2014). Clarificación de valores y desarrollo
humano. Madrid: Narcea.
Moleiro, M. (2012). Educar en Valores: un reto impostergable.
Madrid: Narcea
UNESCO. (1990). Reporte de la Comisión
Internacional de la Educación para el SIGLO XXI. Ponencia presentada en Zurich,
Suiza en el marco de la comisión internacional de la UNESCO